miércoles, 29 de septiembre de 2010

Recuerdos de algún pasado mejor...

Hoy me he pasado el día como el tiempo: apática, sin ganas de nada, fría, lluviosa y gris, sobre todo gris. He estado toda la tarde acordándome de ti, de que no estás conmigo y que nunca más lo estarás, de que me tengo que conformar con que estés en mi corazón y en mi mente, siempre presente en mí a pesar del abismo que hay entre nosotros. Luego he pasado a pensar que te he fallado, que llevo cinco años fallándote, antes incluso de que te fueras de mi lado ya te estaba fallando. Y todos los años te prometo que el próximo año será el definitivo, que estarás orgulloso de mí, y al final siempre te fallo. Después me descubrí a mí misma pensando cómo te dolería saber que me estoy dando por vencida, que no voy a seguir adelante hasta que consiga todas mis metas, que lo dejo por imposible. Y entonces es cuando he decidido que mañana será el primer día del resto de mi vida, que tengo que cambiar de actitud y seguir adelante como sea. Arrastrándome al principio, buscando apoyo y algún día conseguiré andar y hasta correr para que puedas estar orgulloso de mí. Hoy te dedico estas palabras porque no sé por qué motivo para mí este día es más triste que todos los demás. No sé por qué este día me hace recordarte mucho más que cualquier otro y te suelo echar mucho más de menos que el resto de los días del año. Esta tarde acordándome de ti, recordé algo que escribí hace ya catorce años y que cuando te lo enseñé me habías dicho que te gustaba mucho, supongo que para no herir los sentimientos de una niña feliz de catorce años. Cuando escribí este poema todavía no existía Dalila, ni Ayla; esta poesía es de cuando sólo existía Silvia.

martes, 28 de septiembre de 2010

Enamorada de ti...

No sé cómo puedes ser tan bueno. De verdad que no. Ni si hay motivos ocultos en tu forma de actuar, pero si lo que me dice la intuición acerca de ti es cierto, eres la persona más buena que he conocido hasta el momento. No te conozco ni un poco y me tienes totalmente fascinada. Yo no sé si algún día estaremos juntos por fin, ahora lo único que espero es que realmente seas la persona que me estoy creando en la mente. O al menos casi esa persona. Para no llevarme un golpe demasiado brutal, descubriendo que eres distinto a lo que yo pensaba. Si eres quién yo creo que eres, habrá merecido la pena la espera, pase lo que pase. Yo sólo quiero que seas feliz, mi amor, porque si eres como mi mente te está creando, te lo mereces. Vuelve pronto, por favor, y quédate conmigo.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Descubriendo a Coelho...

Creo que voy a empezar a leer a Pablo Coelho. Por increíble que parezca, y además teniendo en cuenta lo mucho q me gusta leer, no he leído nunca nada de muchos autores. Y es por mi estúpida manía de no ver cine español y no leer nada (o casi nada, alguna excepción he hecho) hispanoamericano. Creo que de la biblioteca de mi pueblo no me quedó por leer ningún libro de la zona de literatura inglesa. Pero del resto ya veis, soy una iletrada. Así q mañana, aprovechando que no trabajo, creo que voy a acercarme a la biblioteca a echarle un ojo a las obras de Coelho. Aunque la verdad es que creo que voy a empezar por leer Once minutos . Y todo esto porque como soy como soy (incorregiblemente enamoradiza), y veo lo que veo en la vida de los demás... en fin... Al menos gracias a ella me he dado cuenta de que puede ser que merezca la pena hacer excepciones en mis actitudes y no ser tan perfecta y complicada siempre. Yo creo que es prácticamente imposible que alguien deje de ser como es. Puedes intentarlo, pero la experiencia me dice que al final acabas actuando siempre según tu naturaleza. En mi caso, prudentemente, muy prudentemente. No me suelo soltar la melena muy a menudo. Al menos no dentro de mi lógica moral, claro. No sé, es como si me hubieran educado para hacer siempre lo que está bien, ¿no? Así que si hay algo que según mi retorcida y complicada cabeza está mal, no lo haré, aunque me muera de ganas de hacerlo. Parafraseando a Jane Austen "The danger is my own; I'm doing no injury to anybody but myself". Perdonarme que lo escriba en inglés, pero es que Sentido y sensibilidad  lo tengo en inglés, no sé cómo lo adaptaron al español.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Para morir de amor hace falta tiempo...


Yo tengo todo el tiempo del mundo para pensar en ti. Estás en mi cabeza a todas horas y en mi corazón ojalá quisieras estar para siempre. Sé que es completamente absurdo que te quiera. Ya sé que estoy sufriendo en vano y que ahora mismo la distancia está entra nosotros y además tú la conviertes en un abismo. Porque tú no sientes lo mismo que yo, eso está claro. Daría todo lo que tengo por saber qué pasa por tu cabeza, por conocer tus pensamientos más profundos. Me siento tan insignificante en tu vida y quisiera ser tan importante... ¿Volverás pronto, mi amor? ¿Querrás estar conmigo? La espera se me está haciendo más dura de lo que pensaba que se me iba a hacer. Tanto que estoy pensando que a lo mejor la próxima vez que te vea debería decírtelo. De romperme el corazón, cuanto antes mejor. Ahora mismo quisiera ser de hielo, poder ser dura como el acero para no romperme en cachitos cada vez que me acuerdo de ti y de lo lejos que estás de mí. Y está ansiedad constante de saber de ti y tú estás desaparecido del mundo. No entiendo por qué últimamente me angustia saber que estás lejos, no saber nada de ti, que no estás contento donde estás, que echas muchas cosas de menos y ojalá una de ellas sea a mí. ¿Será que te quiero? No sé, está naturaleza tan lunática de cáncer me está volviendo loca. Quisiera ser práctica y hacer lo que tengo que hacer. Dejar de comportarme como una niña y actuar como una mujer. Pero no hago nada más que pensar en ti, en dónde estarás, con quién, si estarás bien, si volverás pronto, si pensarás alguna vez en mí... El mayor absurdo de los absurdos. Porque tú no me has dado NADA y yo resulta que te lo quiero dar TODO.

jueves, 9 de septiembre de 2010

"Love is not love which alters when it alteration finds"


Déjame que el enlace de dos almas fieles
No admita impedimentos.
No es amor el amor
Que cambia cuando un cambio encuentra,O que se adapta con el distanciamiento a distanciarse.
¡Oh, no!, es un faro eternamente fijo

que desafía a las tempestades sin nunca estremecerse;
es la estrella para todo barco sin rumbo,
cuya valía se desconoce, aun tomando su altura.
No es amor bufón del Tiempo, aunque los rosados labios

Y mejillas corva guadaña sigan:
El amor no varía con sus breves horas y semanas,
Sino que se afianza incluso hasta en el borde del abismo. 

Si esto es erróneo y se me puede probar,
Yo nunca nada escribí, ni nadie nunca amó.



Hoy no sé muy bien que escribir... sólo sé que estoy aquí... y que te echo de menos... ¿Dónde estás, amor? No me importa pasarme toda mi vida buscándote si es necesario, pero... no te escondas por favor. Y cuando vengas, por favor, quédate. No quiero volver a sufrir, esta vez quiero que sea para siempre. Yo lo que necesito es un amor tan fuerte que me nuble la vista y me deje ausente. Me encanta este soneto de Shakespeare, así debería ser el amor... Y así quiero que sea nuestro amor cuando llegue.

martes, 7 de septiembre de 2010

El monstruo verde de los celos...

¿Amor ciego?
Al menos yo soy auténtica y no me dedico a reproducir y plagiar obras ajenas. Al menos yo no te molesto ni te agobio diciéndote lo mucho que te quiero. ¿Piensas que es porque no te quiero? Yo no sé qué pensar. Estoy hecha un lío, pero por una vez no con respecto al amor. Sé que todavía no te quiero, pero me gustas, me gustas mucho, pero creo que no te quiero. ¿Cómo te voy a querer si no te conozco? Si apenas sé nada de ti. Si ni siquiera quieres hablar conmigo. Si no sé nada de tu vida, de tus pensamientos ni de tus sentimientos. ¿Qué será lo que buscas? ¿Seremos compatibles? ¿Lo dejarías todo por estar conmigo si fuera necesario? La cuestión en realidad no es esa. La cuestión es: ¿algún día llegaremos a ser algo más que conocidos? Yo lo deseo con todo mi corazón, pero no sé que opinas tú. No sé lo que quieres y eso me está matando de celos. Demasiada competencia, demasiada pretendiente para alguien que, si no me equivoco, no quiere a nadie. Entonces, ¿por qué vuelvo a caer? ¿Por qué necesito saber de ti? Lo que sea, cualquier indicio de que estás vivo, de que hay alguien ahí. ¿No es ridículo? ¿No debería ser más racional? ¿Más práctica? Los contras no están de tu parte: no te conozco, tú parece que no estás interesado en conocerme, la distancia, tienes un millón de chicas disponibles que te pretenden. Y a favor lo único que tienes es que me muero por conocerte, que igual te quiero. Que me muero de celos por cada una de tus múltiples pretendientas...
Pero no tiene sentido. Nada de lo que hago últimamente tiene sentido. Probablemente tampoco nada de lo que digo, pienso o escribo. ¿Cómo es posible que esté tan obsesionada contigo? Si hace cinco meses bebía los vientos por otro... ¿Será que me gustan los imposibles? Pero esta vez... ¿Por qué es imposible? Tú eres libre y yo también. Ninguno tenemos nada que perder. Y aquí es cuando aparece el miedo. El miedo a perderte (aunque nunca te tuve), el miedo a precipitarme y acabar así con cualquier oportunidad que pudiera tener contigo algún día. Pero también está el otro miedo. El miedo a quedarme sola y estancada, esperándote en vano cuando en realidad sería tan fácil preguntarte directamente y si me rechazas pasar a olvidarte. Porque, ¿y si mientras estoy ciega por ti pasa mi amor verdadero y no lo veo? No sé, si siquiera me dieras algo, pero es que no nos conocemos ni un poquito y aún así... Siento chispas por mi cuerpo cuando me tocas, me cuesta concentrarme y hablarte. Decir algo inteligente en tu presencia (bueno, decir algo) me es prácticamente imposible. Si fuera una adolescente diría que estoy enamorada. Pero, ¿ cómo se puede estar enamorada de alguien a quien no conoces? ¿De alguien a quién ves, con suerte, tres o cuatro veces al mes? No tiene sentido. Mi cerebro siempre lo ve, sabe que no tiene ni una pizca de sentido que esté enamorada de ti. Pero, ¿y mi corazón? Él te busca a cada instante siempre que sabe que puedes estar cerca. Te desea en silencio. Se muere y se estremece por que me roces al pasar, aunque sea involuntariamente. Ve señales donde probablemente no las haya. No sé, mi amor, necesito que vuelvas, necesito verte. Necesito que pase algo entre nosotros, para bien o para mal. Pero necesito saber a qué atenerme... pronto.

Resucitar...

Me he muerto un 12 de Noviembre. Después de una semana de angustia, agonía, de noches sin dormir, dudas e incertidumbres, por fin descansé para siempre y pude empezar mi tercer duelo. Es una suerte que sea pagana porque si no lo fuera tendría que pensar que el Dios "todopoderoso" se cree que soy tan fuerte como el hierro. "Dios nunca te da más de lo que puedes soportar". A mí me ha dado en diez años bastante. El dolor siempre es relativo y personal, pero por una vez creo sinceramente que no exagero.
Yo no resucité al tercer día... Ni a la tercera semana... No sé exactamente cuándo fue el momento en que volví a la vida. Sólo sé que era Diciembre y desde el autobus donde iba todo me pareció de repente "más": los árboles más verdes, el cielo más azul, el aire más fresco, todo más sencillo... Era como si me hubieran quitado un gran lastre de encima y ya pudiera salir a respirar a la superficie y dejar de hundirme. Me sentí más viva de lo que lo he estado nunca y tremendamente feliz. Había recuperado el control y tenía una vida llena de oportunidades por delante.