Este último mes he tenido un sueño recurrente.
Tú y yo estábamos sentados en un columpio de madera en el porche de una casa. Tú con tu brazo alrededor de mis hombros y yo apoyaba mi cabeza en tu hombro. Mirábamos a un jardín en donde un adolescente y una niña pequeña corrían jugando con un perro blanco que se llamaba Lobo. En silencio, escuchando las risas de los niños y ladrar al perro. Parecíamos tan felices...
Hubo un instante, cuando me dijiste "Te quiero" que llegué a pensar que mi sueño podría llegar a ser real algún día. Que sólo me faltaba conseguir la casa, la niña pequeña y el perro blanco. Pero enseguida te encargaste de bajarme los pies al mundo real recordándome que yo no era el centro del universo (y mucho menos de tu universo) y mi sueño se hizo añicos.
3 comentarios:
No necesito que sea fácil, necesito que merezca la pena. El objetivo de la vida es ser feliz sin tanto cuento.
Las heridas acabarán sanando si sabes con qué curarlas.
El amor no ata, el amor une. A nosotros nada nos ata, si estamos juntos, será porque queremos estarlo, nunca por obligación.
Si el sueño te parece tan bonito, quizás deberías plantearte si es porque te gustaría que se hiciera realidad, a pesar de las muchas dificultades que sin duda ello supondría...
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