martes, 30 de noviembre de 2010

Pérdida y sin rumbo

Hay días en los que estás bien y días en los que te apetece tirarte de un puente. Hoy es un día de esos. Un día en el que nada te sale bien, todo está al revés y no tienes ganas de hacer nada. Un día en el que lo único que pasa por tu cabeza es que no sirves para nada y que no tienes a nadie. Un día en el que te sientes más sola que la una porque en realidad estás sola. Un día en el que a pesar de que a tu alrededor hay millones de personas, sientes que ninguna te tiene en cuenta, que nadie te quiere, que no le importas a nadie. Un día en el que llueve de forma torrencial y no ves ni un mísero rayo de sol. No hay esperanza, no encuentras nada a lo que aferrarte para seguir adelante. Menos mal que hasta para eso soy mediocre y cobarde. ¿Y todo esto por qué? La mayoría de las veces por cosas que te da vergüenza reconocer, como los motivos de que este día para mí haya sido tan triste, como los motivos por los que llevo llorando y gritando internamente todo el día. Ridículos, como todo lo que hago últimamente. Lo único que sé es perder el tiempo. Vivo en un mundo absurdo que no existe y estoy desperdiciando mi vida en ilusiones que no se van a cumplir nunca. No sé porqué no puedo bajar a la tierra. Siempre pensé que tenía la cabeza en la luna, pero los pies pisando tierra firme, pero últimamente, no sé, no estoy. Estoy a mil kilómetros de donde tendría que estar. Es como si estuviera viendo la película de mi vida, viendo las cosas pasar a mi lado y no tomar partido. Simplemente estoy sentada en la estación esperando por un tren que nunca pasa, esperando no sé muy bien qué. ¿Un milagro? ¿Que se pasen los mejores años de mi vida y todo siga igual? No avanzo, llevo tanto tiempo estancada que no sé muy bien cómo reaccionar ni lo que quiero. Tan sólo me apetece quedarme tumbada con mi propia pena y dejar que las lágrimas se lo lleven todo. Que se afloje este nudo que me aprieta la garganta y no me deja respirar. Y ahora sólo quiero que se acabe el día.

viernes, 5 de noviembre de 2010

No dejes nunca de sonreír

No puedo decírtelo a ti directamente, ni hacerte llegar mi mensaje sin descubrirme, cosa que no quiero. Siento mucho todo lo que te ha pasado, de verdad que lo siento. Entre otras cosas porque la pérdida es mutua, cariño. Yo no soy parte de tu vida por esa pérdida. Pero te quiero, sólo porque tienes y eres parte de él. No me hago una idea del vacío y de la falta que fue y es su ausencia para ti, para vosotros. Sé cómo fue para mí y lo mucho que me costó levantarme, pero es lo que hay que hacer, es ley de vida, nada es eterno, nosotros somos polvo y en polvo nos convertiremos. Y hay que asumirlo cuanto antes mejor. Yo hace mucho que no le temo a la muerte. Sé que está ahí, oculta y traicionera, esperando escondida donde y cuando menos te lo esperas. Pero también sé que la vida merece la pena ser vivida precisamente porque tiene su fin. Si fuera eterna, ¿qué sentido tendría la vida? Nada tendría importancia si fuéramos a vivir para siempre. No pienses que tu vida no es completa porque te falta algo. A TI NO TE FALTA NADA. Sólo tienes que vivir TU vida. No digo que olvides tus recuerdos, pero no dejes que te ahoguen por favor. Sé que es difícil y que hay días en los que el peso es muy grande y que no puedo comparar mi sufrimiento con el tuyo, pero sé que puedes ser feliz si pones algo de tu parte. La vida es así... No te rindas nunca y, por favor, hazle un favor a él y sé feliz.
 Y él ya no está,
pero yo sigo aquí.

La esperanza está muerta
igual que tú, mi amor.
Y de las cenizas hay que resurgir
como el Ave Fénix
para volver a vivir.

               Dalila(27-IX-2000)

domingo, 31 de octubre de 2010

Estoy cansada

Cansada de perder siempre... Cansada de ponerme siempre en segundo lugar, en segundo plano sin que nadie me lo pida, simplemente por no hacer daño a los demás. Cansada de que no os deis cuenta de que me duele. Cansada de hacerlo todo mal. Cansada de hacer siempre lo correcto por no herir a terceras personas. Cansada de estar en medio de todos los huracanes. Cansada de esperarte. Cansada de estar sola. Cansada de no verte. ¿¿Dónde estás?? Hoy me hubiera dado todo igual si hubieras estado aquí conmigo. No sé cuánto más podré aguantar. Sólo espero que se me pase el mareo y la resaca y esto se lo lleve la marea.

viernes, 29 de octubre de 2010

...................

Voy a dejar de soñar despierta... Para que me entendáis bien todos, me voy a dormir. Dulces sueños a todos.





Ya ves...yo enciendo la puerta tú me cierras la luz
Los dos le damos mil vueltas, pero siempre sale cruz
Gritar, perder la cabeza, ir llenando un baúl
Que ni siquiera ya cierra si no lo cierras tú

Aquí piloto llamando a tierra
Pido pista para aterrizar
Que mi nave se ha vuelto a romper
Pierde vida y empieza a caer, caer, cayendo.

Y dices que no puedes hacer nada
Que yo fui el que quiso despegar
Eso es cierto pero hay que arriesgar
Porque este vuelo nos puede matar...matar y yo ya estoy cansado de volar

Si ves...yo enciendo la puerta tú me cierras la luz
Los dos le damos mil vueltas, y siempre sale cruz
Gritar, perder la cabeza, ir llenando un baúl
Que ni siquiera ya cierra si no lo cierras tú

Si tú no lo cierras no se cansa
De decir que no se llenará
Con las cosas que pueda traer
Pide piedra, tijera o papel, papel...para que todo vuelva a suceder

Ya ves...yo enciendo la puerta tú me cierras la luz
Los dos le damos mil vueltas, y siempre sale cruz
Gritar, perder la cabeza, ir llenando un baúl
Que ni siquiera ya cierra si no lo cierras tú

Si ves que enciendo la puerta no me cierres la luz
No quiero darle más vueltas porque siempre sale cruz
Gritar, perder la cabeza e ir cerrando el baúl
Que mi canción no se llena...Si no la llenas tú

Estribillo

Sabes?...sabes que te digo?
Si no la llenas tú, no...
Si no la llenas tú no la llena cualquiera
Y yo...yo
Me he pasado buscándote una vida entera.
Cansadito estaba de tener que buscar
Por las calles, los sueños, la tierra el mar...
Si no la llenas tú, no...
Si no la llenas tú no la llena cualquiera
Y no quiero más piedra, papel o tijera... 

lunes, 11 de octubre de 2010

¿¿Perdí la luna mientras contaba las estrellas??

No dejo de pensar porqué me quedé paralizada y no te dije nada. ¿Pero qué me pasa? Si una cosa tengo clara es que me gustas, así que, ¿qué hay de malo en decírtelo? Si sería la solución a todos mis problemas. ¿Por qué tengo que pensar que dar ese paso te corresponde a ti? ¿Te pasó lo mismo y te quedaste paralizado, sin saber qué hacer? ¿Y por qué me guiñas el ojo? ¿Por qué no intentaste acercarte? ¿O por qué no me llamas? Si sé que todavía estás aquí... Tengo tantas preguntas sin respuesta... Y lo lógico sería preguntártelas a ti ¿no? Eres el único que tiene las respuestas. Ahora, si estoy convencida como creo que lo estoy, de que lo que tengo que hacer es decírtelo sin más, ¿qué me lo impide? Odio este miedo absurdo al rechazo. ¿Tan grave sería que me dijeras que no estás interesado? ¿No es peor quedarse sin saber lo que pudo ser y no fue por ser una cobarde? Sigo pensando que lo ideal es que tú dieras el primer paso, pero si eso no llega, ¿de verdad me voy a quedar con los brazos cruzados? ¿Cuánto tiempo pienso que vas a seguir solo? ¿Sin encontrar a otra? ¿O sin que que llegue otra más valiente que yo y te vayas con ella? Me quema la angustia por dentro porque sé que fui yo la que lo hice mal. Porque si soy sincera no puedo decir que tú no intentaras acercarte, aunque fuera de forma muy sutil, demasiado sutil. ¿Podrías dejar de ser tan diplomático? Al menos conmigo, por favor. ¿Por qué no intenté aprovechar el momento? Y la respuesta sigue siendo el miedo, ese miedo ridículo al rechazo, a perder. Es absurdo, totalmente absurdo. ¿Qué tengo que perder? Si no te tengo, no hay nada qué perder. No entiendo cómo pude ser tan tonta. Sabía que luego iba a tardar una eternidad en volver a verte y en ese tiempo quién sabe qué va a pasar... Se me hace tan duro pensar que no voy a saber de ti hasta navidad... Y yo me quedo aquí, en un mar de dudas inmenso, con la cabeza hecha un lío y celosa hasta de tu sombra, pensando que a lo mejor por contar las estrellas, perdí la luna...

domingo, 10 de octubre de 2010

Reflexiones internas...

Soy caperucita. ¿Cómo se puede ser tan tonta? He perdido otra oportunidad, esperemos que no sea la última. Pero aún no siéndola, es que no me explico lo que me pasa cuando él está delante. No entiendo porqué me resulta tan difícil hablar con él, pero juro que no sabía que decirle después del "hola, ¿qué tal?" que se dice por pura educación. Y él tampoco es que me ayude mucho más. Y pienso yo, estamos en el siglo XXI, ¿tan terrible sería que sea yo la que dé el primer paso? El problema es que no puedo o que no sé. Nunca lo he hecho, la verdad. Nunca me ha hecho falta. Aunque si lo pienso detenidamente, nunca hasta ahora me había gustado alguien sin que él primero se hubiera fijado en mí. No es que me conformara, pero ellos venían a mí y yo elegía si quería algo con ellos o no. Era todo mucho más fácil. Ahora pues no lo sé. Y me resulta difícil saber si él se acerca porque nos considera amigas o si viene para verme a mí. Sé que es iluso pensar esto, pero me hubiera gustado que simplemente se hubiera acercado y me hubiera plantado un beso. Sin más, ni hola ni nada. Entre otras cosas porque estoy casi segura al cien por cien que él sabe que me gusta. Entonces si es así, ¿no se acerca porque no le gusto? Me duele pensar eso, pero a lo mejor es lo que pasa. No sé, bueno habrá que esperar a diciembre. Lo que está claro es que como siga así, el lobo no me va a comer...

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Recuerdos de algún pasado mejor...

Hoy me he pasado el día como el tiempo: apática, sin ganas de nada, fría, lluviosa y gris, sobre todo gris. He estado toda la tarde acordándome de ti, de que no estás conmigo y que nunca más lo estarás, de que me tengo que conformar con que estés en mi corazón y en mi mente, siempre presente en mí a pesar del abismo que hay entre nosotros. Luego he pasado a pensar que te he fallado, que llevo cinco años fallándote, antes incluso de que te fueras de mi lado ya te estaba fallando. Y todos los años te prometo que el próximo año será el definitivo, que estarás orgulloso de mí, y al final siempre te fallo. Después me descubrí a mí misma pensando cómo te dolería saber que me estoy dando por vencida, que no voy a seguir adelante hasta que consiga todas mis metas, que lo dejo por imposible. Y entonces es cuando he decidido que mañana será el primer día del resto de mi vida, que tengo que cambiar de actitud y seguir adelante como sea. Arrastrándome al principio, buscando apoyo y algún día conseguiré andar y hasta correr para que puedas estar orgulloso de mí. Hoy te dedico estas palabras porque no sé por qué motivo para mí este día es más triste que todos los demás. No sé por qué este día me hace recordarte mucho más que cualquier otro y te suelo echar mucho más de menos que el resto de los días del año. Esta tarde acordándome de ti, recordé algo que escribí hace ya catorce años y que cuando te lo enseñé me habías dicho que te gustaba mucho, supongo que para no herir los sentimientos de una niña feliz de catorce años. Cuando escribí este poema todavía no existía Dalila, ni Ayla; esta poesía es de cuando sólo existía Silvia.

martes, 28 de septiembre de 2010

Enamorada de ti...

No sé cómo puedes ser tan bueno. De verdad que no. Ni si hay motivos ocultos en tu forma de actuar, pero si lo que me dice la intuición acerca de ti es cierto, eres la persona más buena que he conocido hasta el momento. No te conozco ni un poco y me tienes totalmente fascinada. Yo no sé si algún día estaremos juntos por fin, ahora lo único que espero es que realmente seas la persona que me estoy creando en la mente. O al menos casi esa persona. Para no llevarme un golpe demasiado brutal, descubriendo que eres distinto a lo que yo pensaba. Si eres quién yo creo que eres, habrá merecido la pena la espera, pase lo que pase. Yo sólo quiero que seas feliz, mi amor, porque si eres como mi mente te está creando, te lo mereces. Vuelve pronto, por favor, y quédate conmigo.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Descubriendo a Coelho...

Creo que voy a empezar a leer a Pablo Coelho. Por increíble que parezca, y además teniendo en cuenta lo mucho q me gusta leer, no he leído nunca nada de muchos autores. Y es por mi estúpida manía de no ver cine español y no leer nada (o casi nada, alguna excepción he hecho) hispanoamericano. Creo que de la biblioteca de mi pueblo no me quedó por leer ningún libro de la zona de literatura inglesa. Pero del resto ya veis, soy una iletrada. Así q mañana, aprovechando que no trabajo, creo que voy a acercarme a la biblioteca a echarle un ojo a las obras de Coelho. Aunque la verdad es que creo que voy a empezar por leer Once minutos . Y todo esto porque como soy como soy (incorregiblemente enamoradiza), y veo lo que veo en la vida de los demás... en fin... Al menos gracias a ella me he dado cuenta de que puede ser que merezca la pena hacer excepciones en mis actitudes y no ser tan perfecta y complicada siempre. Yo creo que es prácticamente imposible que alguien deje de ser como es. Puedes intentarlo, pero la experiencia me dice que al final acabas actuando siempre según tu naturaleza. En mi caso, prudentemente, muy prudentemente. No me suelo soltar la melena muy a menudo. Al menos no dentro de mi lógica moral, claro. No sé, es como si me hubieran educado para hacer siempre lo que está bien, ¿no? Así que si hay algo que según mi retorcida y complicada cabeza está mal, no lo haré, aunque me muera de ganas de hacerlo. Parafraseando a Jane Austen "The danger is my own; I'm doing no injury to anybody but myself". Perdonarme que lo escriba en inglés, pero es que Sentido y sensibilidad  lo tengo en inglés, no sé cómo lo adaptaron al español.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Para morir de amor hace falta tiempo...


Yo tengo todo el tiempo del mundo para pensar en ti. Estás en mi cabeza a todas horas y en mi corazón ojalá quisieras estar para siempre. Sé que es completamente absurdo que te quiera. Ya sé que estoy sufriendo en vano y que ahora mismo la distancia está entra nosotros y además tú la conviertes en un abismo. Porque tú no sientes lo mismo que yo, eso está claro. Daría todo lo que tengo por saber qué pasa por tu cabeza, por conocer tus pensamientos más profundos. Me siento tan insignificante en tu vida y quisiera ser tan importante... ¿Volverás pronto, mi amor? ¿Querrás estar conmigo? La espera se me está haciendo más dura de lo que pensaba que se me iba a hacer. Tanto que estoy pensando que a lo mejor la próxima vez que te vea debería decírtelo. De romperme el corazón, cuanto antes mejor. Ahora mismo quisiera ser de hielo, poder ser dura como el acero para no romperme en cachitos cada vez que me acuerdo de ti y de lo lejos que estás de mí. Y está ansiedad constante de saber de ti y tú estás desaparecido del mundo. No entiendo por qué últimamente me angustia saber que estás lejos, no saber nada de ti, que no estás contento donde estás, que echas muchas cosas de menos y ojalá una de ellas sea a mí. ¿Será que te quiero? No sé, está naturaleza tan lunática de cáncer me está volviendo loca. Quisiera ser práctica y hacer lo que tengo que hacer. Dejar de comportarme como una niña y actuar como una mujer. Pero no hago nada más que pensar en ti, en dónde estarás, con quién, si estarás bien, si volverás pronto, si pensarás alguna vez en mí... El mayor absurdo de los absurdos. Porque tú no me has dado NADA y yo resulta que te lo quiero dar TODO.

jueves, 9 de septiembre de 2010

"Love is not love which alters when it alteration finds"


Déjame que el enlace de dos almas fieles
No admita impedimentos.
No es amor el amor
Que cambia cuando un cambio encuentra,O que se adapta con el distanciamiento a distanciarse.
¡Oh, no!, es un faro eternamente fijo

que desafía a las tempestades sin nunca estremecerse;
es la estrella para todo barco sin rumbo,
cuya valía se desconoce, aun tomando su altura.
No es amor bufón del Tiempo, aunque los rosados labios

Y mejillas corva guadaña sigan:
El amor no varía con sus breves horas y semanas,
Sino que se afianza incluso hasta en el borde del abismo. 

Si esto es erróneo y se me puede probar,
Yo nunca nada escribí, ni nadie nunca amó.



Hoy no sé muy bien que escribir... sólo sé que estoy aquí... y que te echo de menos... ¿Dónde estás, amor? No me importa pasarme toda mi vida buscándote si es necesario, pero... no te escondas por favor. Y cuando vengas, por favor, quédate. No quiero volver a sufrir, esta vez quiero que sea para siempre. Yo lo que necesito es un amor tan fuerte que me nuble la vista y me deje ausente. Me encanta este soneto de Shakespeare, así debería ser el amor... Y así quiero que sea nuestro amor cuando llegue.

martes, 7 de septiembre de 2010

El monstruo verde de los celos...

¿Amor ciego?
Al menos yo soy auténtica y no me dedico a reproducir y plagiar obras ajenas. Al menos yo no te molesto ni te agobio diciéndote lo mucho que te quiero. ¿Piensas que es porque no te quiero? Yo no sé qué pensar. Estoy hecha un lío, pero por una vez no con respecto al amor. Sé que todavía no te quiero, pero me gustas, me gustas mucho, pero creo que no te quiero. ¿Cómo te voy a querer si no te conozco? Si apenas sé nada de ti. Si ni siquiera quieres hablar conmigo. Si no sé nada de tu vida, de tus pensamientos ni de tus sentimientos. ¿Qué será lo que buscas? ¿Seremos compatibles? ¿Lo dejarías todo por estar conmigo si fuera necesario? La cuestión en realidad no es esa. La cuestión es: ¿algún día llegaremos a ser algo más que conocidos? Yo lo deseo con todo mi corazón, pero no sé que opinas tú. No sé lo que quieres y eso me está matando de celos. Demasiada competencia, demasiada pretendiente para alguien que, si no me equivoco, no quiere a nadie. Entonces, ¿por qué vuelvo a caer? ¿Por qué necesito saber de ti? Lo que sea, cualquier indicio de que estás vivo, de que hay alguien ahí. ¿No es ridículo? ¿No debería ser más racional? ¿Más práctica? Los contras no están de tu parte: no te conozco, tú parece que no estás interesado en conocerme, la distancia, tienes un millón de chicas disponibles que te pretenden. Y a favor lo único que tienes es que me muero por conocerte, que igual te quiero. Que me muero de celos por cada una de tus múltiples pretendientas...
Pero no tiene sentido. Nada de lo que hago últimamente tiene sentido. Probablemente tampoco nada de lo que digo, pienso o escribo. ¿Cómo es posible que esté tan obsesionada contigo? Si hace cinco meses bebía los vientos por otro... ¿Será que me gustan los imposibles? Pero esta vez... ¿Por qué es imposible? Tú eres libre y yo también. Ninguno tenemos nada que perder. Y aquí es cuando aparece el miedo. El miedo a perderte (aunque nunca te tuve), el miedo a precipitarme y acabar así con cualquier oportunidad que pudiera tener contigo algún día. Pero también está el otro miedo. El miedo a quedarme sola y estancada, esperándote en vano cuando en realidad sería tan fácil preguntarte directamente y si me rechazas pasar a olvidarte. Porque, ¿y si mientras estoy ciega por ti pasa mi amor verdadero y no lo veo? No sé, si siquiera me dieras algo, pero es que no nos conocemos ni un poquito y aún así... Siento chispas por mi cuerpo cuando me tocas, me cuesta concentrarme y hablarte. Decir algo inteligente en tu presencia (bueno, decir algo) me es prácticamente imposible. Si fuera una adolescente diría que estoy enamorada. Pero, ¿ cómo se puede estar enamorada de alguien a quien no conoces? ¿De alguien a quién ves, con suerte, tres o cuatro veces al mes? No tiene sentido. Mi cerebro siempre lo ve, sabe que no tiene ni una pizca de sentido que esté enamorada de ti. Pero, ¿y mi corazón? Él te busca a cada instante siempre que sabe que puedes estar cerca. Te desea en silencio. Se muere y se estremece por que me roces al pasar, aunque sea involuntariamente. Ve señales donde probablemente no las haya. No sé, mi amor, necesito que vuelvas, necesito verte. Necesito que pase algo entre nosotros, para bien o para mal. Pero necesito saber a qué atenerme... pronto.

Resucitar...

Me he muerto un 12 de Noviembre. Después de una semana de angustia, agonía, de noches sin dormir, dudas e incertidumbres, por fin descansé para siempre y pude empezar mi tercer duelo. Es una suerte que sea pagana porque si no lo fuera tendría que pensar que el Dios "todopoderoso" se cree que soy tan fuerte como el hierro. "Dios nunca te da más de lo que puedes soportar". A mí me ha dado en diez años bastante. El dolor siempre es relativo y personal, pero por una vez creo sinceramente que no exagero.
Yo no resucité al tercer día... Ni a la tercera semana... No sé exactamente cuándo fue el momento en que volví a la vida. Sólo sé que era Diciembre y desde el autobus donde iba todo me pareció de repente "más": los árboles más verdes, el cielo más azul, el aire más fresco, todo más sencillo... Era como si me hubieran quitado un gran lastre de encima y ya pudiera salir a respirar a la superficie y dejar de hundirme. Me sentí más viva de lo que lo he estado nunca y tremendamente feliz. Había recuperado el control y tenía una vida llena de oportunidades por delante.